Un domingo en Salem

Este viernes, conversando con la Jacque le comenté cómo era la iglesia a la que asistía aquí en Madrid. Pués hablamos de los horarios y ella me contó que estaba acostumbrada a ir a todos los cultos que podía. Cuando escuche eso pensé (sí, me costó): "Cómo voy a estar todo el día en una iglesia si estoy de paso por España y puedo salir a conocer todo..." - Pero ella me recordó que: "Mejor es estar un día en su casa, que mil fuera de ella". Y ya no pude decir nada más, tenía toda la razón.
En fin, el sábado en la tarde fuí a un culto para jóvenes (debo haber sido uno de los más mayorcitos) y luego me pasó algo precioso, tuve el honor de ensayar con el coro de esa iglesia. El domingo se me permitió cantar junto a ellos en el culto y fue maravilloso. No por mi voz (ya quisiera) sino por el placer de servir a Dios con hermanos tan distintos, pero en el fondo, tan iguales.

(Esta es la Iglesia Evangélica Salem)

Les cuento que los momentos de alabanza son muy buenos, la prédica me encantó (Bástate de mi gracia), hubo Santa Cena y creo que ha sido un domingo perfecto para alguien que intenta seguir a Dios (digo intenta porque pucha que me equivoco).

(Hna. Miriam Vidal al piano)

Y dato aparte... al fin pude ver a Marcos Vidal ;). No fue un concierto, ni show, ni nada de eso. Sólo compartir en torno a Cristo como uno de tantos cristianos más. Como probablemente él diría: "Nada especial".
Nada más que decir que: "Otra vez Jacque, le diste justo al clavo". Te lo agradezco.